Mathô permaneció en la ciudad de Túnez, mientras Spendios, Autarito y el africano Zarza movilizaban un ejército de cincuenta mil hombres para enfrentarse a Amílcar (239 a. C.), prácticamente en su totalidad africanos. Hostigándoles en campo abierto y erosionando su ejército con acciones puntuales de gran habilidad, Amílcar los condujo hacia el desfiladero conocido como "La Sierra". Los rebeldes, que buscaban siempre alejarse del llano y ocupar las colinas y montañas, habían caído en su propia trampa.
Después de asediar durante días la boca del desfiladero, bloqueando el resto de salidas por medio de fosos y trincheras, los mercenarios amenazaron a sus jefes, viendo que los refuerzos de Túnez no llegaban y el hambre era cada vez más acuciante.
Los líderes rebeldes pactaron entonces con Amílcar, entregándose los oficiales más importantes. Entre éstos se encontraban Autarito, Zarza y Spendios. Creyendo haber sido traicionados, los soldados atacaron entonces, y fueron masacrados por el ejército de Amílcar. Se dice que murieron más de cuarenta mil (prácticamente la totalidad del ejército rebelde).
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